sábado, 15 de noviembre de 2014

El Helenismo


Descripción de la ruta: 

Esta ruta tendrá como objetivo conocer el mundo helenístico de la antigua Grecia. Más específicamente, viajaremos por algunas obras artísticas características por su impresión de los sentimientos y las pasiones. Pero esto no es gratuito, y por el contrario, se relaciona directamente con la gran figura del momento: Alejandro Magno. 

Los territorios por los cuales iremos en esta ruta son los actuales territorios de Grecia. 

Nuestra ruta comenzará en Esparta, en la península del Peloponeso. Posteriormente iremos hacia la antigua ciudad de Argos, también ubicada en esta península. Visitaremos también la ciudad de Corinto, para finalmente, dirigirnos a la ciudad de Atenas. Aquí acabará nuestro recorrido, que si bien a simple vista parece corta, dará cuenta de la importancia del arte helenístico de los años de Alejandro el "Grande". 

Mapa de la ruta: 




Imágenes: 
























Filóxeno de Eretria
Batalla de Issos (entre Alejandro Magno y el rey Darío III)
Mosaico romano: copia de una pintura helenística de ca.310 a.C
Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, Italia
(originalmente en la Casa del Fauno, Pompeya)
















Gnosis
Escena de cacería
Mosaico (sobre piso
hecho con piedras -teselas)
ca.300 a.C. (helenístico)
Macedonia, Pella, Grecia



















Lisipo
Apoxiomeno
 330 a.C.
(copia romana)
Mármol
Museo Pio-Clementino, Vaticano (repositorio)






















Atribuido a Apolonio de Atenas
Boxeador sentado
ca.100-50 a.C.
(periodo helenístico)
Bronce
Museo Nacional Romano



















Lisipo
Hércules cansado
ca,320 a.C.
(copia romana de bronce griego)
Mármol
Museo Arqueolígico Nacional de Nápoles.






















Apolonio
Torso Belvedere
Copia del original fechado 150 a.C.
(helenístico)
Museo Pio - Clementino, Vaticano, Roma
























Victoria de Samotracia, ca.190 a.C. mármol. (Louvre)



















Atenodoro, Hagesandro, Polidoro de Rodas
Laoconte y sus hijos
ca.175-150 a.C.
Mármol

Roma, Museo Vaticano






















Epígono (atrib), Galo suicida, monumento a Átalo I, Pérgamo, ca.230-220  a.C., copia romana, Roma, Museos Capitolinos







Historia:

El periodo de Grecia helenística fue el último periodo que logró darse a conocer al mundo como una auténtica vitola griega. Tras este periodo, llegaría Roma y su vasto imperio, desapareciendo así la hegemonía griega sobre el Egeo y el mediterráneo. No obstante, la cultura de los Helenos perduraría hasta nuestros días y sus enseñanzas dejarían, a la postre, una marca indeleble para la cultura mundial. Precisamente es el periodo helenístico quién logra esa expansión griega sobre los territorios de Asia menor y sobre Egipto, llevando las enseñanzas de los griegos a distintos lugares. El comercio griego tuvo una expansión a gran escala, y la consolidación de ciudades en Asia menor con características griegas permitieron una expansión,  no solo circunscrita en términos territoriales, sino en términos sociales y culturales. Sin embargo, esta tarea está directamente relacionada con las hazañas conquistadoras de Alejandro Magno. Las características que permitieron la inmensa conquista de Alejandro -sus creencias en los sentimientos y pasiones, a diferencia del equilibrio y la armonía de la Grecia clásica- darán cuenta de un paradigma, el cual permitirá entender el arte y la cultura helenística. 

Con el objetivo de entender dicho paradigma, es necesario comenzar con ciertos rasgos de la Grecia helenística. Las conquistas de Alejandro Magno en el Asia Menor y en Egipto permitieron tal vez la primera conexión mundial comercial. Fue de esta manera que se lograron consolidar sistemas monetarios, tales como las monedas tracias que tenían la imagen de Alejandro. Asimismo, las conquistas permitieron el auge de nuevos centros mundiales. Al respecto, podemos mostrar la tarea de Seleuco I al "fundar una nueva capital del Tigris, Seleucia, para rivalizar con Babilonia, centro entonces de la economía mundial" (Llopis, 1967). La ciudad Seléucida alcanzó cerca de 500.000 habitantes y logró consolidar una próspera agricultura así como un sistema de gobierno liberal. "Los productos de la India pasaban entonces por Seleucia para continuar rumbo a Occidente" (Llopis, 1967). 

Asimismo, la ciudad de Alejandría se convirtió en otro epicentro de la cultura comercial griega. Si bien los alejandrinos mantuvieron su sistema monetario propio, y no adoptaron la moneda tracia como lo hicieron los seléucidas, dieron continuidad a la tarea expansiva de Alejandro en Egipto. Comercialmente hablando, Alejandría se convirtió en un punto clave para el comercio entre el Egeo y el Nilo por una parte, y por la otra para el comercio entre Cartago y Siria, uniendo el Oeste con el Este. De igual forma, los alejandrinos se encargaron de construir una ciudad monumental. "Las calles, de 6 a 10 metros de anchura, según su importancia, eran perpendiculares, y en cada barrio había una plaza de grandes proporciones y fácil acceso rodeada de pórticos. [...] Los edificios oficiales y frondosos parques públicos daban a la vez una sensación de grandeza e intimidad" (Llopis, 1967). Asimismo, Alejandría se convirtió en el nuevo centro del importante avance científico helenístico. Ptolomeo I fundó una escuela científica llamada Museo, en donde confluyeron importantes personalidades científicas del momento. entre estos encontramos a Euclides y a Arquímedes de Siracusa. 

Si bien esta expansión territorial y la consecuente importancia de centros fundados por Alejandro nos muestran la importancia del paradigma de Alejandro, será el arte quién nos mostrará a qué nos referimos con el concepto "paradigma". Las conquistas de Alejandro nos muestran un cierto retorno a la época dorada griega. Hijo del rey Filipo II y criado en la más alta enseñanza griega, el pequeño Alejandro fue instruido tanto en las ciencias como en el arte de la guerra. Siendo discípulo de Aristóteles, aprendió los cánones fundamentales por los cuales se regía la sociedad griega. Sin embargo, Alejandro se separa de esta concepción clásica de la concepción del mundo, y en especial, de las ideas de armonía y equilibrio. Todo parece apuntar a que las características de Alejandro eran las de un rey arrogante, dirigido por pasiones y cuya preferencia hacia la violencia permitió la construcción del inmenso imperio que logró con tan poca edad (Onians, 1942). 

Es precisamente a esto cuando nos referimos al paradigma alejandrino, creador e impulsor del periodo helenístico griego. La sociedad griega tenía ya ciertos conceptos y cánones construidos en su época clásica. Estos elementos eran distintivos de lo helenos, y eran los que permitían su reconocimiento con respecto a otras culturas. El primer elemento distintivo de los helenos era su concepción acerca de su inteligencia, por encima de los otros pueblos del mundo. Lo señalaba ya la escuela de los sofistas, en el cual estaba Isocrates a la cabeza. Los trabajos de Heródoto, Aristóteles, Platón, así como los dramaturgos, tales como Aristófanes muestran esta pretensión de racionalidad característica de los helenos. Asimismo, el concepto de cooperación parecía estar muy en boga en dicho periodo histórico para Grecia. Falta ver el sistema democrático en el cual estaba basado el sistema político en Atenas para vaticinar que la cooperación entrañaba no solo las relaciones políticas, sino también las relaciones sociales en la Hélade. En consecuencia, estos ideales propios de los griegos, tales como el conocimiento, la planeación y el común acuerdo, pueden ser sintetizados en un concepto, en el cual se concentrará el arte clásico, a saber: el logos

Por otro lado, Alejandro es el representante de lo contrario a estos valores clásicos. Su primera acción en contra de lo establecido fue en contra de la religión Macedonia, al desconocer la prohibición de pelear en el mes sagrado Daisius, y posteriormente cambiarle el nombre al mes por el de Segundo Artemisius. De esta misma forma, cuando Alejandro se aproximó a cruzar hacia Asia menor, este no sabía específicamente cual iba a ser su ruta de viaje, y por el contrario se dejó llevar por sus impulsos, conquistando cuanto pueblo se le atravesaba. Este impulso personal característico de Alejandro, muy contrario a los valores racionales y de planeación, fueron los que le permitieron a este aventurero asirse con la hélade, Asia menor y Egipto. Este constante estímulo por desconocer las convenciones sociales o las percepciones comunes, lograron dejar que sus pasiones se apoderaran de sus acciones y tomara las arriesgadas decisiones que en su tiempo, tomó Alejandro. No obstante, su astucia militar y su increíble capacidad estratégica complementarian esta sed de poder y territorio, que lo convertirían en el personaje más importante de su tiempo. 

Es así como la enorme expansión territorial por parte de Alejandro permite consolidar un arte cosmopolita helenístico que nos muestra más gestualidad, pasiones y en general, temas de la vida cotidiana. El concepto naciente de la figura de Alejandro como paradigma es el de pathos. Este alude a la expresión, por medio del arte, al movimiento, el dolor, los sentimientos y las pasiones. A manera de ejemplo, podemos ver en las fotos el reflejo en la escultura sobre las expresiones de cansancio, la gesticulación que permite dar cuenta del sufrimiento y dolor. Asimismo, el torso de Belvedere nos muestra un cambio en la representación escultórica griega. Esta "movilidad" del torso será característica para las demás esculturas de ese tiempo, que permitían dar cuenta esa expresión fidedigna de un momento específico.

Por medio del arte, podemos ver cómo la época helenística griega está imbuida bajo el paradigma de Alejandro Magno en toda su concepción. El helenismo permite consolidar centros de intercambio mundial, consolidando importantes epicentros griegos en Asia menor y en egipcio. Pero no solo eso. El arte se convierte en un elemento de representación directa de lo que fue, e hizo, Alejandro en su importante campaña expansiva. Cabría preguntarse finalmente ¿Fue el helenismo un completo triunfo hegemónico griego sobre el mundo? O por el contrario ¿Fue el helenismo una ruptura absoluta con la tradición griega clásica, al punto de construir una concepción cosmopolita, en la cual cada cultura tuvo su punto de importancia? 


Bibliografía: 


Mondolfo, R. (1956). El genio helénico. Buenos Aires: Editorial Columba.

Onians, J. (1942). Classical Art and the Cultures of Greece and Rome. Singapore: Yale University.

Touchette, Lori-Ann. "Hellenistic art." The Oxford Companion to Western Art. Ed. Hugh Brigstocke.Oxford Art Online. Oxford University Press. Web. 17 Nov. 2014.<http://www.oxfordartonline.com/subscriber/article/opr/t118/e1181>.

Llopis, J. (1967). Världhistoria, folkens liv och kultur (Vol. 1). (T. Riaño, Trad.) Ediciones Daimon.

Vidal-Naquet, P. (1988). Le grand livre de l´histoire du monde. Córcega: Editorial Planeta. 


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